Una joven española de tan sólo 19 años ha resaltado con su luz y talento, que la hicieron pasar de una joven promesa a una ganadora auténtica, convirtiéndose en una figura de gran importancia para el deporte español.
Nuria Marqués, es un caso de inclusión deportiva totalmente natural. Nació y creció con el fémur de su pierna izquierda más corto, luego de varias intervenciones quirúrgica se procedió a amputarlo, con la intención de mejorar su marcha.
Así, se ha convertido en un ejemplo de perseverancia y trabajo, cuando comenzó a abrir sus posibilidades en el mundo de la natación donde competía y se destacaba frente a otros nadadores que no presentaban ninguna diversidad funcional.
Núria compitió en los Juegos Paralímpicos de Río 2016; fueron sus primeros Juegos y en ellos pudo participar en seis pruebas, disputando cinco finales. Ha hecho dos podios y se lleva un oro en los 400 m libres y una plata en los 100 m espalda.
Conozcamos más sobre esta chica, su visión, sus sueños y su magnífica historia.
¿Te describes a ti misma como una deportista?
“Pienso, y eso estoy intentando, ser una deportista disciplinada, constante y trabajadora; me siento feliz haciendo lo que me gusta e intento transmitirlo a los demás”.
¿Cuándo te entregaste a este deporte de manera tan incondicional?
“Lo practico desde pequeña y me gusta mucho este deporte. No hubo un día en el que no me entregara incondicionalmente; de hecho, me gusta competir y me gusta mejorar cada vez más y esto solo se puede realizar si sientes pasión por lo que haces, justo estoy en ese proceso. Nadaré mientras disfrute de lo que hago”.
¿Qué papel jugaron tus padres en los inicios de tu carrera deportiva?
“Ellos fueron los que optaron por la natación como un deporte que sirviera de completo para compensar muscularmente los problemas futuros que se podían derivar de mi discapacidad. Sin el esfuerzo y el apoyo de mi familia, es difícil hacer deporte y es imposible llegar a este nivel con tan sólo 19 años”.
¿Qué tal fue tu primera competencia? ¿Qué recuerdas de ello?
“Mi primera competición fue con niños sin discapacidad y estaba muy normalizada porque entraba dentro de la dinámica normal del club. Ahora, la primera competición en natación adaptada fue en Salt (Girona), una jornada de liga catalana. Pude notar que mi nivel era alto comparado con el resto de los chicos, puesto que yo entrenaba y competía de forma más habitual que ellos. Me sentí muy bien al poder competir con compañeros en las mismas condiciones que yo”.
¿Cómo fue tu primer campeonato de España?
“Mi primer campeonato de España por autonomías fue en Madrid, en la piscina del Mundial 86. Viví una experiencia inolvidable donde conseguí medallas en las pruebas en las que participaba e incluso me proclamé campeona de España en el 100 espalda categoría absoluta con apenas 11 años. Fue una sorpresa”.
¿Qué piensas de las lesiones deportivas?
“Por suerte yo he tenido pocas lesiones; de hecho, sólo tuve una bursitis justo antes del Mundial de Glasgow y la sensación de impotencia y de que no llegamos al objetivo del año fue muy dura… Aunque hay que plantearse que todo pasa, lo bueno y también lo malo”.
De todas tus hazañas deportivas, ¿cuál es la que más te satisface?
“El oro del 400 libres evidentemente es la mejor, pero el récord europeo de Funchal también fue para mí muy emotivo. De igual forma, me hizo muy feliz mi medalla de bronce en los campeonatos de Cataluña de natación junior absoluto (convencional) en el 200 espalda; era mi primera medalla en unos campeonatos de natación y era un gran reto”.