Recyclápolis, el Chile sustentable que deseamos

Fundación Recyclapolis

Aunque Chile no se encuentra de número uno en la lista de países que han optado por medidas sustentables para vivir, sí ha mostrado un progreso importante en los últimos años.

Hace un tiempo en Chile ni siquiera existía el día del reciclaje y la cultura de la sustentabilidad se veía muy lejana, hoy podemos decir que hay mayor información y dominio del tema.

Una fundación que ha estado presente desde antes de los inicios de este movimiento en el país es Recyclápolis.

Su presidente, Fernando Nilo, ya veía con terror las malas acciones de la sociedad y las empresas contra el medio ambiente por lo que decidió hacer algo al respecto.

Así fue como presentó un proyecto al gobierno de manera de festejar una jornada que buscará motivar a los habitante a cuidar el medio ambiente.

Desde entonces, y gracias al éxito de esta iniciativa, ha implementado planes para promover el desarrollo de comunidades sustentables en el país.

Hoy es líder de una fundación que tiene el propósito de ofrecer educación ambiental a la sociedad e implementar proyectos pioneros en temas de sustentabilidad.

¿Cómo inició Recyclápolis?

Comenzó hace más de 15 años con la creación de un proyecto social llamado Recycla Chile. Después de eso quisimos dar otro paso y mucho tiempo después creamos la Fundación Recyclápolis con objetivos más diversos.

¿Qué los inspiró a crear este tipo de organizaciones?

Creo firmemente que debemos perseguir nuestros sueños. Por mi parte, tenía el sueño de resolver el problema de la basura electrónica, es decir, las máquinas de fax, DVD’s, celulares y computadores que eran desechados. Estos acaban en los vertederos y contaminan el agua y el suelo. Creo que debemos pensar en términos revolucionarios. Así nació esta necesidad de revolucionar y crear Recycla.

¿Cómo ha sido el tema de reciclaje electrónico?

El gran problema de esta temática era más que nada la falta de infraestructura. Las personas que quieren botar un celular o un equipo de música no suelen tener dónde hacerlo. Allí creamos un proyecto llamado Contenedores para Chile en donde instalamos 100 depósitos de basura electrónica en lugares íconos de Santiago, Valparaíso y el Biobío. Las personas pueden dejar su aparato electrónico ahí sin costo alguno y nosotros nos encargamos de retirarlo. Así ha ido evolucionado este tema y hasta la consciencia social con respecto a él.

¿Cuáles son las dificultades con las que se encuentra alguien que quiere crear una fundación de esta categoría?

Al principio casi nadie cree en ti, en tu producto, en que es posible. Ni siquiera los mismo clientes. Tocamos puertas durante años para conseguir apoyo, principalmente porque el problema no se conocía. Allí decidimos crear un libro para los empresarios que explicaba en qué consiste el problema, por qué debemos reciclar la basura electrónica y más.

¿Hasta ahora ha sentido que esta iniciativa ha alcanzado sus objetivos?

Primeramente mi sueño era lograr cambiar el comportamiento de los chilenos con respecto a este problema y me enorgullezco de decir que lo estoy logrando. Ahora hay muchas metas más: crecer y resolver el problema de la basura electrónica en América Latina.




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